jueves, 9 de octubre de 2008

“El hombre siempre ha estado explorando y el arte es parte de esa búsqueda”

José Ignacio Azar Billini conversa sobre arte y cristianismo
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Por Natanael Disla

En una mañana de domingo de agosto, José Ignacio Azar Billini me recibe en su casa en el sector de Gazcue, en Santo Domingo. En sus manos tiene Tus Zonas Erróneas de Wayne Dyer, obra que ha venido leyendo.


Nacido en Santo Domingo en 1968, es hijo del reconocido artista Aquiles Azar García y de la escritora Lourdes Billini Mejía.

“El dibujo me llegó por genética. Mi padre, muy apasionado, siempre me habla del mismo. Ha venido influyendo en mi forma de hacer arte”.

A los diez años de edad, José Ignacio cursa sus primeros estudios de pintura.

En 1989 se gradúa de diseñador gráfico en La Escuela de Diseño de Altos de Chavón. A partir del año siguiente se inserta en el mercado laboral desenvolviéndose exitosamente en el área publicitaria.

Para aquel entonces, su padre le instó a presentar su obra al público, puesto que consideraba que había llegado el tiempo de hacerlo.

En 1995, teniendo como escenario Casa de Teatro, presenta por primera vez su obra, como parte de la exposición conjunta Cuadrilla.

Espiritual y simbolista, detallista e iconográfico

Lo espiritual ha influido en la obra de José Azar. El cristianismo ha enriquecido su vida, su forma de pensar, de actuar y de ver las cosas.

El arte de Azar Billini es simbolista y social, tratando diversos temas como la diáspora dominicana -en Emigrantes del Milenio, Café Benetton (1999)-, Cuadrilla/Taínos, Casa de Teatro (1995)-, Ataduras, Bobo’s (2005), y Ataduras II, Galería Le Quiché (2006)-
















Ataduras fondo verde (2005). Tinta y acrílica sobre papel. 24x20”

En Ataduras, el artista llama la atención sobre las distintas ataduras que tiene el hombre en general: las positivas, como son los estudios, religión, deporte y trabajo, y las negativas, como son los vicios y pecados.

En sus obras, José Azar no ofrece soluciones al problema expuesto, más bien las deja implícitas, trayendo siempre a colación las diversas consecuencias negativas que se derivan de las acciones del hombre, tal como se aprecia en su obra Los Siete Pecados Capitales y la Sangre, en donde en una cruz convergen el septeto de errores y la sangre que emana de ella, apartándolos de la oscuridad espiritual del ser humano.

Detallista, meticuloso, iconográfico, son tres términos que definen al artista, según los críticos de arte Sara Hermann, Amable López y Laura Gil.















Lavado de cerebro (2005). Tinta sobre papel. 108x12” (políptico). 9x12” c/u.


En la XXIII Bienal Nacional de Artes Visuales (2005), José presentó su políptico Lavado de Cerebro, que consta de doce cuadros que ejemplifican lo que la humanidad considera socialmente correcto, y los patrones que definimos, que vienen dados por nuestros familiares y la sociedad en general.

El arte y la Iglesia

José Ignacio señala que desde el siglo XVIII la relación entre el arte y la iglesia se ha venido diluyendo, de modo que lo que predomina e influye en el mundo es lo que se está reflejando en el arte contemporáneo.

Manifiesta que en los siglos XVI y XVII la Iglesia contrató a los artistas para que estos tocaran temas religiosos en sus obras.

Al llegar la Revolución Industrial, y con ella la secularización del hombre, la comunión entre el arte y la iglesia entra en un limbo del que no ha despertado aún.

El artista asegura que su arte busca llamar la atención del individuo frente a los eventos que devienen tanto a lo interno de su ser como en el seno de la sociedad misma, todo imbuido en un ideograma que refleja la naturaleza dependiente del individuo.

¿Nuevo Realismo Neurótico o la pérdida del respeto al arte?

Para José Azar, el Nuevo Realismo Neurótico, movimiento contemporáneo gestado en Reino Unido a principios de los ‘90s, ha contribuido a la pérdida de la ética y la estética del arte. “El hombre siempre ha estado explorando y el arte es parte de esa búsqueda”, señala.

El hombre, al sentir la necesidad de conocer y ser conocido, siente la necesidad de sobresalir a toda costa, siempre buscando que su ideología artística supere la de las escuelas pasadas.

Para Azar Billini, la mejor época del arte ha sido el Renacimiento, ya que hubo un mejor manejo de la técnica y un amplio predominio de la temática religiosa. Esto contrasta ampliamente con la época actual, ya que en estos días el concepto tiene mayor preponderancia que el talento.

El 12 de diciembre del 2005, lleva a cabo una exposición conjunta en Casa Chavón junto a su padre y hermano, titulada Azar x 3, en donde el trío de artistas presentó sus obras que se enmarcan en dos generaciones de artistas plásticos dominicanos: la primera, de la que forma parte su padre Aquiles Azar García, y la segunda, de la que José Ignacio forma parte junto a su hermano Aquiles Azar Billini. José expuso varios temas, tanto dibujos como pinturas, obteniendo muy buena respuesta del público.

Recientemente su políptico ADN, ha sido seleccionado como parte de las 79 obras finalistas del XXI Concurso de Arte Eduardo León Jiménez.

Cita como sus artistas favoritos, su padre Aquiles Azar García y del Renacimiento admira a Miguel Ángel, Rafael y Leonardo Da Vinci. Gusta del Pop Art dentro del arte contemporáneo. También aprecia la sicología.

A las nuevas generaciones, José aconseja a “que descubran el don que Dios les ha dado, luego desarróllenlo para la honra y gloria de Él, su satisfacción propia, y para la humanidad y el prójimo”.

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